Hemos dividido el itinerario en tres etapas, siempre pensando en la posibilidad de comenzar el viaje la tarde de un viernes cualquiera. Esta primera entrega por lo tanto es la referida a la llegada a Toledo la tarde/noche de ese viernes. En cualquier caso y dependiendo desde donde vengas debes pensar en la alternativa más cómoda para ti
Lo primero, la entrada al hotel y dejar el equipaje, refrescarse… Hemos elegido para esta primera noche el Hotel Kris Doménico, situado en la zona de Los Cigarrales y, que aunque su situación no sea céntrica, ningún otro hotel de Toledo os puede ofrecer unas vistas mejores de la ciudad. Es un 4* que cuenta con 48 habitaciones todas renovadas el pasado Junio, construído al estilo toledano, con ladrillo visto, madera... y aunque sea repetirse hay que decir que Toledo se ve diferente desde aquí. Podéis cenar en el hotel o si lo preferís, bajar a la ciudad a conocerla de noche y tapear.
Algo onírico envuelve la ciudad. El casco histórico cobra nueva vida y de lejos podemos observar miles de pequeñas luces que adornan la ciudad. De cerca, las calles en penumbra se unen a las iluminadas y el camino marcado es un recorrido de gran belleza arquitectónica todo bajo una luz distinta, una fotografía diferente de una ciudad que a nadie deja indiferente. Los paseos por las murallas exteriores y los recorridos por algunos barrios emblemáticos como El Tránsito, Zocodover o La Cornisa, esconden pequeños rincones mágicos a la luz de la luna, algunos evocadores de leyendas.
El espíritu ya se ha alimentado recorriendo la ciudad, pero el cuerpo suele agradecer que también lo cuidemos. Como toda ciudad turística, ofrece multitud de restaurantes donde podemos disfrutar de la comida típica pero, en este caso recomendamos disfrutar de las tradicionales “tapas”.
Desde hace varios años la Asociación de Hostelería viene programando las Jornadas de la Tapa. Durante varios días, la mayoría de los restaurantes y bares de la ciudad, sirven sus especialidades que los consumidores votan en un concurso.
Y si quedan fuerzas, recordamos que Toledo tiene mil caras y una de ellas es su cara oscura. El anverso nocturno, y es en este punto cuando el Casco Histórico y las Murallas nos ofrecen su aspecto más bohemio. Sus calles se transforman en un laberinto de músicas, pubs y discotecas ayudan a disfrutar de la noche y donde rincones que atesoran siglos de historia se tiñen de jazz, rock… pero hay muco más.
Recordar dejar el coche bien aparcado, la grúa en Toledo funciona, y al regreso, atención al conducir. Buenas noches.